La Facultad de Artes de la Universidad de Chile existe como un organismo autónomo desde 1929, luego de que se reuniera en una sola institución diversas entidades del ámbito cultural. El espacio se mantuvo en constante movimiento durante sus inicios, itinerando físicamente de un lugar a otro. En el contexto del gobierno de la Unidad Popular se proyectó la construcción de una nueva sede para acoger a la Escuela de Bellas Artes, en los terrenos de la Chacra Santa Julia (actual sede Las Encinas). La idea quedo inconclusa tras el Golpe.
A partir del interés por los distintos desplazamientos físicos y el anacronismo de este lugar, pretendo desarrollar un ejercicio reflexivo en torno a la condición suspensiva de la Universidad en contraste con su desarrollo histórico. De esa manera, mi proyecto se vale fundamentalmente de la instalación, en sintonía con otros lenguajes artísticos, principalmente la arquitectura y el dibujo. Al respecto, indagaré en las posibilidades conceptuales y formales derivadas de la noción de “cimientos”; en la medida de que corresponden a aquella estructura sobre la que se sostiene la solidez de una construcción,
con el objeto de perpetuarla en el tiempo. Un tiempo utópico y universitario en el que pasado, presente, y futuro se conjugan en materiales tan solidos como insustanciales.